Son comunes los casos en que después de un itinerario de investigación, de un ejercicio de compilación de experiencias y saberes o de un proceso de sistematización de una práctica educativa o social, al final quede faltando la última etapa: la comunicación y divulgación, a través del texto escrito correspondiente.
La redacción de este texto, en palabras de Juan Sierra, debe ser “un discurso coherente, que tiene unidad y relación entre sus componentes, cuidando la secuencia lógica».
Ante estas exigencias, se corre el riesgo de postergar su elaboración, afectando el cumplimiento del objetivo último del trabajo realizado.
En el material que ponemos a disposición se encuentran orientaciones que facilitan el acercamiento a los procesos escriturales.
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